– Humectantes: permiten al agua mojar mejor, ya que reducen la tensión superficial del agua.
– Espumantes: hacen espuma. La espuma arrastra las impurezas, pero un producto que hace mucha espuma no limpia mejor que otro que no la hace. Somos víctimas de un buen marketing de los productos.
– Emulsionante: permite mezclar el agua y el aceite. El resultado es una emulsión.
– Detergente: las partículas de aceite quedan rodeadas por los tensioactivos, lo que nos permite eliminar la grasa.
Además de los tensioactivos, los productos de limpieza industriales contienen fosfatos que no son eliminados en las plantas de tratamiento de aguas y una vez llegan a nuestros ríos, favorecen la proliferación de algas. Estas algas consumen el oxígeno del agua, acabando así con la vida acuática.

Vamos a empezar con los básicos:
1 litro de agua caliente
1 cucharada de carbonato de sodio
1 cucharada de jabón negro
Preparación:
Mezclar los ingredientes en un litro de agua caliente. Yo preparo la mezcla cada vez que voy a limpiar porque es muy fácil, pero también podéis preparar más cantidad y reutilizar alguno de vuestros recipientes de plástico para guardarla.
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